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Una cosa es la teoría liberal clásica ilustrada y otra la práctica de los capitalistas a partir de la Revolución industrial. El Estado limitado de los liberales clásicos teóricos se conviertió rápidamente en un Estado protector de las rentas de los capitalistas.
Por otra parte está la crítica anarquista de que un Estado no puede servir para proporcionar ninguna clase de orden justo, sino que al final cualquier Estado (tenga el apellido que tenga, es decir sea un Estado liberal, un Estado socialista, un Estado fascista o un Estado lo-que-sea) servirá a los intereses particulares de la clase política.
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