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Entrañable Antimilitarista, me recuerdas a mí hace ya bastantes años.
Yo también era antimilitarista, entre otras cosas porque veía al Ejército como una concentración de lo peor del Estado. Estuve en el MOC antes de que hubiera la Ley de Objeción. Era del sector insumiso porque no necesitaba ninguna ley. Pensaba que si todos pensaran como yo —¡y por qué no iban a hacerlo!— no habría ejércitos. ¿Tú crees que esto es sensato y posible? Yo tenía mis dudas; entre otras cosas, sospechaba que si se eliminara la conscrispción (como decían los extranjeros), o sea la mili obligatoria, se crearía un ejército profesional y no sabía yo qué sería peor. El caso es que la mayoría del MOC estaba por conseguir la ley, “por motivos pedagógicos”, recuerdo que decían (dominaba la no-violencia), y el sector insumiso apenas acudía a las reuniones (sí, es cierto a las acciones, siempre no-violentas); así pues decidí investigar qué hacían los anarquistas, pues allí, en el MOC, sólo coincidí con un afiliado a CNT (no recuerdo si se consideraba anarquista), y siempre había sentido cierta “cercanía” con esas ideas; además de no sentirme muy no-violento ni pedagógico que dijéramos. Y lo hice. Abreviando, no sólo no me declaré objetor, sino que hice la mili en una COE. Con el tiempo, he ido siendo cada vez más anarquista. Ahora, si en España hubiera una democracia “de verdad”, apoyaría la mili obligatoria.
Dirás: “A mí qué me importa tu vida y tus incoherencias”. Bien, entonces, ¿por qué te importan mis opiniones? Yo pienso lo que soy, no soy lo que pienso.
Olvídate de la teoría anarquista porque no se ha escrito aún; si quieres saber lo que es el anarquismo tienes que hablar y actuar con anarquistas, no leer lo que dicen; a pesar de que suelen ser los más sinceros. Entonces, te darás cuenta de que no viven en otro pueblo ni, mucho menos, en otro mundo.
Lo <supersticioso, esotérico y fantasmagórico> del Estado está en su <defensa>, no en su formación y pervivencia. También, por desgracia, en su “ataque”.
Salud
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